En Montilla, en la Taberna Bolero, la más importante y auténtica taberna del pueblo, y de las pocas que quedan donde se bebe vino y solo vino natural, allí nos dimos cita con los Vinos Singulares de Pagos Andaluces.
Había una gran espectación porque todos ivan a probar nuevos vinos, que desconocían aun siendo todos andaluces.
Entre los vinos que se degustaron, estaba Barranco Oscuro, Cauzón y Naranjuez, todos de Granada, y por supuesto Marenas como vino de la regíon. La verdad es que fue importante una vez más el interés mostrado por los asitentes, que preguntaron mucho y bien sobre estos vinos, y creo que al final aprendieron también mucho y bien en relación a la cultura de los vinos catados.
Poco a poco fui introduciéndolos en el mundo de los vinos naturales, y fueron captando la idea y la filosofía de vino que encierran estas pequeñas bodegas tan singulares.
No puedo más que agradecer a Carlos y Sonia «los taberneros» y sobre todo grandes amigos, esta invitación que seguro no será la última.
Estoy y estaré encantado de sumarme siempre a su tributo al vino, una mirada a los taberneros y tabernarios de antes, que bebían vinos naturales, sin química, sin tapujos, sin adornos, sin nada más que vino para acompañar en las tertulias; una mirada al vino de la Memoria Perdida…